sábado, 29 de octubre de 2011

LA TARDE ES UNA LÁGRIMA.- Por Antonio Colinas

Te veo sentada frente al horizonte:
un cárdeno perfil de cicatrices
el encinar herido por heridas,
el tomillo que embriaga los sentidos
y una flauta que suena interminable.
No volverá, no volverá, lo dice
la lágrima que cae de tu ojo, el dolor
musical, luminoso de tus huesos.
Se deshará tu brava cabellera
se pudrirán tus manos
y el recuerdo amoroso que contienen,
mas la lágrima de la tarde
eterna durará para negaros
para negaros.

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