Sí, todo duerme
es muy duro el silencio y parece un lugar,
una llanura estéril, anegada
por la yerma vigilia de lo tácito,
de su espesura.
Como un río encallado en la planicie,
lo húmedo se ensancha y serpentea
por la muda parálisis de espejo
que crece en la maleza del insomnio:
quizá no duerme nunca.
Puede que sea treta de la muerte
este estar tan despierto y tan callado,
anda lejos aún el día y tengo miedo
de que acaso me deje el sueño vivo,
esta vez para siempre.
Del libro "Las Luces del Norte" XIV Premio internacional de poesía."Gabriel Celaya".Torredonjimeno.Jaén.2006.
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