martes, 22 de noviembre de 2011

TRECE NIÑITOS ...Por Roberto Cantele

trece niñitos van al bosque
en el medio de una noche demente
sus padres juran que ellos duermen con sus peluches
pero el viento de esa noche
los ha despeinado para siempre

esos padres (todos putos)
escuchan a Mahler mientras miran las castañas sobre la chimenea
y sus hijitos no están en casa, han decidido empezar a enloquecer

y yo fui uno de ellos. Vi al hombre-oveja
emergiendo entre los maíces. No lloré
porque no tenía por qué llorar. Tampoco oriné
en tres días, pero recé, recé arrodillado
ante una cruz de Albertos y estridencias

y antes de ser un niñito también fui cocodrilo, llama de gas embrutecida
candado mohoso entre las piernas militares de la prisa. Abarcaba el miedo
con mis ojos de visiones y fantasmas. Me drogaba machacando nueces
y te jalaba, Dios mío, te jalaba ensangrentado, mareado y vomitado,
tenías Tú la criptonita y yo el criptón, tenía también abierta
la enciclopedia cerebral de mi ego cagado, y me tirabas de las alas
ángel de grito, serafín de bravo pasado augusto. No haber, no deber

fui niñito de pecho y fui niñito de semen. Fui comadreja banal
y fui calesa endemoniada. Fui charco criminal y fui mangosta y fui poema

trece niñitos se pierden en el bosque
mientras la amarga luna y fe serpiente
rodea de cactus venenosos el camino
y los doce niñitos y yo
regresamos
ya no somos tan niñitos
nos ha cambiado la voz
tenemos pelos debajo del ombligo
tenemos ganas de fumar
y tenemos ganas de joder
y regresamos violentos
a la casa que nos vio nacer
entramos pateando las puertas
y tirándonos pedos

estamos solos

siempre hemos
estado solos

y nos
queremos
morir

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