martes, 8 de noviembre de 2011

TRES POEMAS.-de Hector Collado




Todo el amor del mundo

Todo el amor del mundo
cabía en mi casa.
Pero el odio reclama sus espacios
y la orfandad exige su ración
de muerte.

Todo el temor del mundo
se instala bajo la sombra
en el rincón destinado a la podredumbre...

Solidarios en la noche,
hermanos por última vez,
agazapados al amanecer,
sorprendidos por el milagro de la vida

al mediodía. Todo el rencor del mundo
lloviendo,
estallando,
matando...
¿Hasta dónde, Señor, hasta cuándo?

Todo el odio del mundo cabe en una bala.



Mis hermanos lloran hacia dentro

Mis hermanos lloran hacia dentro,
mientras crecen,
desesperanzados hijos del hambre
que mide todas las cosas.

Mis hermanos duermen
con el corazón despierto
---la paz no se afirma con acuerdos ni
decretos---
Mis hermanos se multiplican en la selva,
en la ciudad
y desprecian el pan y el sacrificio
por la madre herida.

Mis hermanos mueren de frío
o segados por la sombra en la
frontera.

Mis hermanos inventan la luz y la
palabra,
la ofensiva palpitante
que renace cada día.

Mis hermanos no pierden la vida:
ganan la inmortalidad.



Superado el aislamiento

Superado el aislamiento,
la incertidumbre
perito en dudas,
interrogaciones
y misterios,
solté la casa...
Me uní a las filas de la luz
y tomé el camino de la vida.

Escribí versos clandestinos
y morbosos,
hasta que algo me golpeó
súbitamente:
ella venía hacia mí
hecha de polvo,
soplo
y camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario