domingo, 6 de noviembre de 2011

TRES POEMAS DEL POETA PALESTINO: Mahmoud Darwish

CARNET DE IDENTIDAD

Escribe
que soy árabe,
y el número de mi carné es cincuenta mil;
que tengo ocho hijos,
y el noveno vendrá al final del verano
¿Te enfadarás por ello?
Escribe
que soy árabe,
y con mis camaradas de infortunio
trabajo en la cantera.
Para mis ocho hijos
arranco, de las rocas,
el mendrugo de pan,
el vestido y los libros.
No mendigo limosnas a tu puerta,
ni me rebajo
ante tus escalones.
¿Te enfadarás por ello?
Escribe
que soy árabe.
Soy nombre sin apodo.
Espero, paciente, en un país
en el que todo lo que hay
existe airadamente.
Mis raíces
se hundieron antes del nacimiento
de los tiempos,
antes de la apertura de las eras,
del ciprés y el olivo,
antes de la primicia de la yerba.
Mi padre…
de la familia del arado,
no de nobles señores.
Mi abuelo era un labriego,
sin títulos ni nombres.
Mi casa es una choza campesina
de cañas y maderos,
¿te complace?…
Soy nombre sin apodo.
Escribe
que soy árabe,
que tengo el pelo negro
y los ojos castaños;
que, para más detalles,
me cubro la cabeza con un velo;
que son mis palmas duras como la roca
y pinchan al tocarlas.
Y me gusta el aceite y el tomillo.
Que vivo
en una aldea perdida, abandonada,
sin nombres en ellas calles.
Y cuyos hombres todos
están en las canteras o en el campo…
¿Te enfadarás por ello?
Escribe
que soy árabe;
que robaste las viñas de mi abuelo
y una tierra que araba,
yo, con todos mis hijos.
Que sólo nos dejaste
estas rocas…
¿No va a quitármelas tu gobierno también,
como se dice?
Escribe, pues…
Escribe
en el comienzo de la primera página
que no aborrezco a nadie,
ni a nadie robo nada.
Más, que si tengo hambre,
devoraré la carne de quien a mí me robe.
¡Cuidado, pues!…
¡Cuidado con mi hambre
y mi ira!

ABRAZA A SU ASESINO

Abraza a su asesino para lograr su clemencia: ¿te enfadarías mucho conmigo si sobreviviera? Hermano… hermano: ¿qué he hecho para que me asesines? Dos pájaros vuelan sobre nosotros, apunta hacia arriba. Dispara tu infierno lejos de mí… ven a la choza de mi madre para que te prepare las habas. ¿Qué dices? ¿Qué dices? ¿No soportas mi abrazo ni mi olor? ¿Estás cansado del miedo que me habita? Entonces arroja ese revólver al río. ¿Qué dices?… ¿Un enemigo en la ribera del río ha dirigido su metralleta hacia el abrazo? Entonces dispara contra el enemigo. Escaparemos juntos de sus balas y escaparás de tu delito. ¿Qué dices? ¿Me matarás para que el enemigo vuelva a su casa/nuestra casa y tú retornes al juego de la caverna? ¿Qué has hecho con el café de mi madre y de tu madre? ¿Qué crimen he cometido para que me asesines, hermano? No desataré la cuerda del abrazo. No te dejaré.

MUEREN LOS PÁJAROS EN GALILEA

Volveremos a vernos dentro de un momento…
dentro de un año… dos… una generación,
ella fotografió
veinte jardines
y los pájaros de Galilea
y después partió en busca
más allá de los mares
de un nuevo sentido de la libertad
-Mi país, tendedera
para los paños de sangre vertida
cada minuto
después ella se tendió sobre la playa
arenas… y palmeras
-ella no sabe-
¡Oh Rita! te hemos dado
yo y la muerte
el secreto de la alegría marchita en las fronteras
nos hemos renovado
yo y la muerte
sobre tu primer frente
y en la ventana de tu casa
somos dos rostros
yo y la muerte
por qué me huyes ahora
por qué
por qué huyes ahora
lo que transforma a las espigas en pestañas de la tierra
lo que transforma al volcán en otra cara del jazmín
yo tomo el beso
en el filo de los cuchillos
inscribámonos pues en la carnicería
han caído las nubes de pájaros
en los pozos del tiempo
como hojas superfluas
y yo, yo arranco alas azules
Oh Rita
soy la piedra-testigo de la tumba
que crece
soy aquél
cuyas cadenas marcan la piel
en una geografía de la patria.


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