Adonde quiera que vayamos 
Adondequiera que vayamos siempre llegamos demasiado tarde 
a aquello que una vez salimos a buscar. 
Y en cualquier ciudad en que nos quedamos 
están las casas a las que es demasiado tarde para volver 
los jardines en los que es demasiado tarde para pasar una noche de luna   
y las mujeres a las que es demasiado tarde para amar 
lo que nos tortura con su intangible presencia. 
Y sean cualesquiera las calles que creemos conocer 
nos llevan más allá de los jardines floridos que andamos buscando 
y que difunden por toda la vecindad sus pesadas fragancias. 
Y cualesquiera que sean las casas a las que volvemos 
llegamos demasiado tarde por la noche para ser reconocidos. 
Y cualesquiera que sean los ríos en que nos reflejamos 
no nos vemos hasta que les hemos dado la espalda.   
De "Nuestro amor es    como Bizancio" ("Partidas y llegadas" 1974)
Versión de Francisco Uriz
Editorial Lumen S.A. 2003
 
 
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