No vengas ahora...
No vengas ahora. (No vengas ahora,
aunque es de noche.)
Huye.
Hay días malos, días que crecen
en un charco de lágrimas.
Escóndete en tu cuarto y cierra la puerta y haz
un nudo en la llave,
y mírate desnuda en el espejo, como
en un charco de lágrimas.
A la orilla del mar me persigue tu boca
y retumban tus pechos y tus muslos me mojan
las manos,
en un charco de lágrimas.
Me acuerdo que una vez me mordiste los ojos.
Se te llenó la boca de pus y hiel; pisabas
en un charco de lágrimas.
Despréciame. Imagíname convertido en una rata gris,
sucia, babeante,
en un charco de lágrimas...
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