lunes, 30 de abril de 2012

UNA DESPEDIDA.-Por Rossana Arellano



Así, vestida de silencio,
ni al hijo he de esperar
porque alquilé una casa
en mi locura.
Desde esta alma, muerta
sin dar guerra
desde estos pechos
que aún conservan frescor
cuelga una danza
desde adentro.
He besado la luna
y engendramos flotando
colores nuevos,
pero ya estoy cansada
y no quiero pintarlos
hacia el lienzo del mundo.

Por condición

alcanzo la soberanía
protectora del viaje,
más, ¿Cuánto durará esta muerte?

No, no me concedas el habla,

ni expongas mi artículo,
quiero conservar esta lengua.
Fría tarde reside entre mis huesos
como sombra que envuelve, acompaña,
definitivamente, la lógica no se casará conmigo,
no celebraremos boda de inspiración,
porque jamás coincidimos.

Rodeada de tiempo,

según tengo entendido,
no califico en el juego de opiniones
porque suelo llegar minutos tarde.

Me presento

soy quien lleva kilómetros de vacío,
desde tu palco, observas,
este último acto,
ya no tengo pulso.
Es raro como se exhibe la vida,
soy un simple dibujo, sin sonrisa,
tú me miraste,
te parecí normal,
hoy sé que escupes un turno
de inmejorable abandono
sobre mi pobre tumba.


Como un circo, mi obra,

la sensibilidad, drama,
cerrando mi nombre, payaso en escena,
una despedida, mi boca deshace tu boca...


Rossana Arellano



3 comentarios:

  1. Quiero agradecer que valores mi poesía y la publiques en tu espacio.

    Un abrazo muy grande

    Rossana

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  2. Y yo agradecer tu poesía y tu grandes sentimientos.
    Otro gran abrazo.

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