domingo, 15 de enero de 2017

¿Quién querrá una postal en equivalente discurrir de inutilidad?Por Jimmy Valdez.NY

Rocas y balas en los filos del hambre (duerme la noche sobre silencio blanco). A mi boca los malos alientos de una moneda. Irónica la luna enroscada, cual cascabel en saco de algodón.  
Calle, árboles, largos pasos en mis ojos; el viento como animalillo blando mordiendo elípticos cristales de espera. Túnel, agujero deformado para espectros (embrión, tálamo bisiesto de oscura cofradía).    
Lágrima la vida manchada de invierno. Un bostezo hace de bestia icónica, cruza desde la nuca, inmerso en comisuras del apagado cigarrillo.
Aprieto mis dientes, camino sin ti desde la madruga remota. Solo un despojo sostiene la sombra, solo la sombra desposa la camisa. Solo es la camisa en la helada piel transeúnte.
¿Quién querrá una postal en equivalente discurrir de inutilidades? ¿Quién pregonará la íntima sustancia de un réquiem (amorfa médula perecedera)?
Tropieza la mano en mis bolsillos. Lamentos recurrentes buscan andamio en las cerraduras y envoltorios circundantes (alguien toce tras las cortinas que son los espinos de la infancia).
Apunto al corazón de las granjas, corre la voz de un holocausto. Ardillas o mapaches, quizás ratas, cruzan mi camino, corren.

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