Ando por tus calles de esquinas aprendidas
Por las tiendas del temblor adornadas de aromas
De países inciertos donde vuelan las brújulas.
Escancio la memoria sobre tu piel de cobre
Y recorro el mapa que habitó la incertidumbre.
Hay montañas de besos que bailan como hojas,
Ardillas demorándose con sus colas furtivas,
Aleteos de fuego en flujos y reflujos
Que desatan cascadas y muerden el rubí.
Y trazamos las líneas de nuestros dos perfiles
Con el pulso en las manos y el cielo en nuestros dedos.
No existe el tiempo si él es quien lleva el rumbo
De todos los naufragios. Ahogarse hacia lo alto,
Reescribir el olvido, reinventar el deseo.
Amando a Amanda
...decir ante tal escrito que me gusto seria obtuso, decir bello seria sarcástico...aun me quema en la mirada ese extraño paisaje de metáforas entre montañas, fuegos y demás mezclados con la tinta y la pluma que empuñaron las manos transcribiendo los renglones que me han dejado releyéndolo...Que placer encontrar estas palabras en tu blog, un saludo (Andy Pérez) LaParka
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