MAGNIFICENCIA
La Tierra,
ara del guerrero,
ofrécese magnífica
eel armisticio de esa roca
donde resiste una flor.
HECHURA
Luces suceden,
claman por la esencia incompleta.
Por un instante
-todo el tiempo-
agoniza esta realidad aparente.
La entidad, obra e idea,
arbitra un lugar necesario
donde echar a descansar
ese remoto origen
que aún zozobra.
TRAMA
Erudición del fuego,
viento agua tierra
su raigambre.
Entre ellos
matices,
demoras indultos sustentos.
La voz cobriza silencia
su mas grande turbación:
esperar.
Mientras,
un pájaro consuma
su color magnífico.
Y no pasa nada.
Duran las horas,
urge una vaga noción de la nada
en la cuesta de internos derrumbes.
Suelo ser mi propia ausencia.
Acaso un lienzo en blanco
sospeche la vida
en estos momentos.
Busco un punto de partida
pero sigo naciendo
de una rémora destripada.
Suelo ser mi propia ausencia.
(¿Qué haremos yo y mi tristeza?
Ha de haber un lugar que no sea la costumbre.)
EMBELESO
Suave el silencio
reposa en mis labios,
evoca el descanso
del ansia templada.
Casi no me animo
a imaginar un eco
sobre el hondo esplendor
que alumbra el momento.
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