viernes, 24 de mayo de 2013

LUZ SIN NOMBRE,LA BELLEZA.-Por Julio Cesar Guerrero


LUZ SIN NOMBRE, LA BELLEZA





Con todas las palabras que te guardan,

con todos los silencios que me tienen.







Luz sin nombre, la belleza.

Inalcanzable claridad, la música.

Mar sin horizontes, tus ojos.

Puente a la memoria, este minuto.

Mañana, todavía, te llevaré conmigo.

Siempre, aún, serás la dulce gratitud

de este amor que me invento

justo en el instante que antecede a tu partida.

Se cierran las puertas y el tren reanuda su marcha.

La historia de siempre: el final leído, soñado, vivido...

Toda gran emoción nos salva en su abandono.

Y en las entrañas de todo gran amor

habita el vértigo del salto hacia una gran ausencia.



1 comentario:

  1. Me encanta... Lo guardaré conmigo. Ya que me he topado esta tarde con algo tan bonito, te regalo uno mío:


    Y recuerdo cómo éramos entonces...

    Derrochando palabras y silencios perfectos.

    Abriendo y desgastando.

    Con el cuerpo aterido,

    con la calma que solo da el ansia derramada

    y por fin encauzada.


    Recuerdo cómo atabas las respuestas,

    las soluciones claras y sencillas.

    Y todo era tan fácil…

    Y todo era tan limpio aunque manchado.

    Sin reproches.



    Solo existía aquello que teníamos

    y siempre éramos libres aunque fuera mentira.


    Si lo hubiera sabido habría vivido

    en la eterna ficción de tus abrazos.

    Encerrado en las tardes de tus ojos

    y en la desesperación de tu cuerpo


    Hoy me llegan vagas letras de tu voz

    que reales acarician mi alma,

    pero no la muerden como entonces

    cuando lo posible era sencillamente necesario.


    Prefiero la imperfección que recorría

    en cada pasadizo de tu tiempo con mis labios

    A la perfección de una verdad

    que por real parece insuficiente.


    Si lo hubiera sabido aún podría

    desnudar lo poco que me queda de ti.

    Usarte hasta el extremo de no entender

    si estoy en ti, contigo o para ti


    Pero prefiero vivir de tu recuerdo

    que en el continuo engaño de mi mismo.


    Recuerdo cómo atabas las respuestas

    y siempre éramos libres aunque fuera mentira.

    Hoy me llegan vagas letras de tu voz

    en cada pasadizo de tu tiempo con mis labios

    que por real parece insuficiente.

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