LUZ
SIN NOMBRE, LA BELLEZA
Con
todas las palabras que te guardan,
con
todos los silencios que me tienen.
Luz
sin nombre, la belleza.
Inalcanzable
claridad, la música.
Mar
sin horizontes, tus ojos.
Puente
a la memoria, este minuto.
Mañana,
todavía, te llevaré conmigo.
Siempre,
aún, serás la dulce gratitud
de
este amor que me invento
justo
en el instante que antecede a tu partida.
Se
cierran las puertas y el tren reanuda su marcha.
La
historia de siempre: el final leído, soñado, vivido...
Toda
gran emoción nos salva en su abandono.
Y
en las entrañas de todo gran amor
habita
el vértigo del salto hacia una gran ausencia.
Me encanta... Lo guardaré conmigo. Ya que me he topado esta tarde con algo tan bonito, te regalo uno mío:
ResponderEliminarY recuerdo cómo éramos entonces...
Derrochando palabras y silencios perfectos.
Abriendo y desgastando.
Con el cuerpo aterido,
con la calma que solo da el ansia derramada
y por fin encauzada.
Recuerdo cómo atabas las respuestas,
las soluciones claras y sencillas.
Y todo era tan fácil…
Y todo era tan limpio aunque manchado.
Sin reproches.
Solo existía aquello que teníamos
y siempre éramos libres aunque fuera mentira.
Si lo hubiera sabido habría vivido
en la eterna ficción de tus abrazos.
Encerrado en las tardes de tus ojos
y en la desesperación de tu cuerpo
Hoy me llegan vagas letras de tu voz
que reales acarician mi alma,
pero no la muerden como entonces
cuando lo posible era sencillamente necesario.
Prefiero la imperfección que recorría
en cada pasadizo de tu tiempo con mis labios
A la perfección de una verdad
que por real parece insuficiente.
Si lo hubiera sabido aún podría
desnudar lo poco que me queda de ti.
Usarte hasta el extremo de no entender
si estoy en ti, contigo o para ti
Pero prefiero vivir de tu recuerdo
que en el continuo engaño de mi mismo.
Recuerdo cómo atabas las respuestas
y siempre éramos libres aunque fuera mentira.
Hoy me llegan vagas letras de tu voz
en cada pasadizo de tu tiempo con mis labios
que por real parece insuficiente.