sábado, 10 de diciembre de 2011

SOBRE LA ESPUMA DE UNA VIEJA CIUDAD.-Por Ignacio Bellido

Vuela el mar.
El dolor se oculta entre la arena y los lirios
y en un tenue sonido a madera perdida.

Una torre vigila el compás y cadencia.

Frente al sol,
la herida de mis ojos se transforma en labios,
y asi puedo besar con amplias magnitudes,
las perezosas olas
que tiemblan como faunos,
y sangran sobre su base mística.

Puedo también entregarme al viento,
que me acuna en los altos
como mano gentil y poderosa,
como dueño escondido
que controla mis alas,
imaginadas sólo
frente a la espuma cálida
de esta vieja ciudad.

4 comentarios:

  1. Sorprendentes imágenes de gran fineza, gracias por tanto disfrute:Susana Rodrigues Tuegols

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  2. Gracias Susana te agradezco tu valoración de este poema.

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  3. En medio del bosque me siento y abro los brazos. Siento a mi lado un tigre. Me alerto. Se ha ido.

    Abrz.

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  4. Gracias Roberto.Me alegra mucho sentirte en persona en este espacio,donde tu poesía es uno de los zenits.Vibro en ella.
    Mi mejor abrazo querido amigo

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